y luego, siempre
y luego, nunca
tan joven como la montaña de mil años
sin luz
sin voz
sin nombre
en un bar cualquiera de una ciudad sin farolas
haciendo palidecer al éxtasis amargo de un sábado por la noche
bailamos abrazados entre las sombras de los desconocidos
buscando juntos, retomar el sueño que ambos habíamos olvidado
alcohol, sonrisas, besos y pastillas
(.. noche de abril, noche de feria . .. ..)
- "Tu cama huele a azahar"
- "Lo sé".